Todo lo que debes saber sobre el estrés

¿Alguna vez has experimentado una sensación de agotamiento tanto físico como mental, cuando te encuentras bajo una situación o circunstancia amenazante o de mucha exigencia? Pues tranquilo, no eres el único.

Probablemente hayas escuchado e incluso utilizado el término estrés para referirse al estado en el que se encuentra una persona cuando está en exámenes finales, debe entregar un trabajo cuanto antes o simplemente tiene mucho tiempo sin salir de vacaciones y todo le resulta irritante.

Pues bien, en efecto, el estrés es una reacción de nuestro organismo cuando una situación se percibe como de “peligro” o de tensión. En este sentido podemos decir que se parece un poco a la ansiedad, y es que en muchos casos ambas van de la mano.

Esta sensación se da especialmente cuando la persona se ve sometida a factores de estrés de tipo ambiental, laboral, familiar, o un estímulo. Es una de las maneras que tiene nuestro cuerpo de reaccionar ante un reto o desafío.

Dependiendo del grado o magnitud del evento o circunstancia a la que nos encontremos expuestos, la respuesta que se le da al estrés a través del sistema nervioso simpático puede ser de lucha o de huida.

Como el cuerpo no puede mantener estresado por un largo período de tiempo, el sistema parasimpático es el encargado de hacer que éste regrese a sus condiciones fisiológicas normales y corrientes.

El ser humano tiende a asociar el estrés con condiciones negativas (conocidas como distrés). Sin embargo, también existen situaciones positivas que generan estrés (eustrés). Ambas pueden generar efectos mentales o físicos de malestar o bienestar según sea el caso.

·        Eustrés o estrés positivo: Es de origen natural y suele ser habitual en la adaptación. Se activa por poco tiempo y con el fin de ayudar a resolver una situación específica en la que se necesita más esfuerzo. En los animales, el eustrés se representa en los estímulos que suelen beneficiar a la vida.

·       Distrés o estrés negativo: Es aquel donde el ser humano o animal suele superar el equilibrio natural del organismo, causándole fatiga, síntomas de ansiedad, irritabilidad e incluso de ira y frustración. El estrés prolongado tiende a provocar ciertas consecuencias físicas ya que se gasta más energía y se descansa menos.

Tipos de estrés

Teóricamente hablando se conocen dos tipos principales de esta condición física y mental:

·       Estrés agudo: Suele desaparecer rápidamente y se presenta en ocasiones cotidianas que pueden tener lugar en cualquier momento. Algunas situaciones en las que se siente este tipo de estrés son: cuando se pelea con un ser querido, cuando el individuo se resbala y siente que va a caer al suelo, o cuando se pisan los frenos del auto muy repentinamente.

·       Estrés crónico: Se presenta por un período de tiempo mucho más prologando que el estrés agudo. En la mayoría de los casos se debe a problemas financieros, fracasos en el ámbito educacional o laboral, deterioros en la relación de pareja, entre otros. Si no se logra controlar este tipo de estrés, este podría ocasionar diversos y graves problemas de salud.

Maneras de combatir el estrés

Cuando una persona padece de estrés, uno de los primeros pasos para poder llegar a la erradicación del mismo es identificar las causas que lo originan y tratar de evitarlas o eliminarlas de manera rápida y sencilla.

Los ejercicios respiratorios o de relajación suelen ser muy beneficiosos para quienes sufren de estrés. Estos ayudan al individuo a controlar de manera voluntaria y consciente su respiración, logrando así utilizarla como método calmante cuando sienta que las situaciones de tensión son muy fuertes.

Algunas otras maneras de evitar la aparición del estrés:

·       Realizar ejercicios físicos: Suelen mantener la mente ocupada en ellos en vez de en las circunstancias que ocasionan el estrés y la ansiedad.

·       Evitar situaciones estresantes: Suena redundante, pero es lo más lógico. Si sabemos que ir a tal sitio o hablar sobre ciertos temas “nos ponen los pelos de punta”, lo preferible es evadirlos a toda costa. Como dicen por allí ¡es mejor prevenir que lamentar!

·       Planificar las actividades diarias: Tiene mucho que ver con el punto mencionado arriba. Por ejemplo, si el tráfico es un detonante para nuestro estrés y justo a la hora de salida de la oficina se producen los embotellamientos más grandes, siempre podemos regresar a casa caminando, ¿o no?

·       Mantener una dieta saludable: La mente y el cuerpo están conectadas y si una está bien, la otra también lo estará. Los alimentos juegan un papel importante para aliviar o reducir la sensación de estrés ya que estudios han demostrado que la “comida chatarra” colocan al cuerpo en un estado anímico fatal y lo “envenenan”.

·       No te olvides de reír: La risa permite que se liberen las endorfinas que se encuentran en nuestro organismo. Al menos dos veces al día, siéntete libre de relajarte un poco y soltar una buena carcajada. Un consejo: ¡Esto suele darse con más facilidad al salir con amigos!

·       Mantén un clima agradable durante el almuerzo: Para comer siempre se debe estar relajado ya que la comida puede caer fatal si se ingiere de manera muy rápida o bajo un estado de molestia. Si vas a almorzar con tu pareja, enfócate en ella y disfruta del tiempo que están juntos. Si, por el contrario, comerás en solitario, puedes complacerte al apagar tu celular y colocar tu música favorita.

·       Haz tiempo para tu entretenimiento: Está comprobado que los juegos de mesa tienen un efecto relajante. Son capaces de llevar a la mente a un estado de tranquilidad y bienestar total.

Por otra parte, existen terapias ideadas para ganarle la batalla al estrés y la ansiedad que se basan en los cuidados de la salud de una manera natural, en conjunto con diversas recomendaciones dictadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La risoterapia, aromaterapia y la auriculoterapia son algunos de los métodos que plantea la OMS para así promover un buen estado de salud, prevenir la aparición del estrés y establecer nuevas maneras de recuperar el bienestar y la paz mental.