Vaginismo: Qué es, causas y tratamiento

Se conoce como vaginismo a la contracción que realiza la vagina de manera involuntaria, y que la mayoría de las mujeres suele experimentar durante el acto sexual al menos una vez en su vida. Esta condición dificulta y torna doloroso el acto de penetración.

Al igual que sucede con el espasmo vaginal, las féminas suelen asociar el vaginismo con dolor y sensaciones desagradables por lo que comienzan a pensar negativamente acerca de cualquier tipo de encuentro sexual.

El vaginismo es considerado uno de los trastornos sexuales más comunes que ocurre entre las féminas. Sin embargo, diversos estudios han logrado demostrar que los tratamientos que se le dan a esta patología suelen tener una efectividad del 100%.

Según los expertos, el vaginismo es el resultado de la ansiedad que percibe la mujer en el momento anterior a la penetración. La fémina espera con desagrado la introducción del pene debido a que anticipa el dolor que sentirá, bien sea esto por nervios o por prejuicios y comentarios que hacen ver el acto sexual como un “pecado”.

Durante el juego previo, es normal que la mujer entre en estado de excitación e incluso lubrique, pero el problema surge cuando su pareja intenta realizar la penetración. En este caso se produce la resistencia que resulta en dolor para la fémina y en el cierre de la vagina por la contracción involuntaria –reflejo- de los músculos de la misma.

Tipos de vaginismo

El vaginismo se encuentra clasificado en dos grandes grupos o tipos, siendo los siguientes:

·       Vaginismo primario: Es aquel en el que una mujer jamás ha podido realizar ningún tipo de acto sexual o penetración. Normalmente se descubre su existencia en los años de adolescencia y los tempranos veinte, cuando la mujer comienza a utilizar tampones, tener encuentros sexuales en pareja o cuando debe realizarse una prueba intravaginal con su ginecólogo de confianza. Es por esto que una mujer puede padecer de vaginismo y no tener la menor idea hasta que llega el momento de la penetración en el coito.

·       Vaginismo secundario: Ocurre cuando la mujer que anteriormente ha logrado un acto sexual con penetración vaginal normal, de repente ya no se encuentra en la capacidad de hacerlo más. En algunos casos las causas son físicas (infecciones vaginales, secuelas de cirugías, trauma durante el parto, etc.), y en otros son psicológicas.

Síntomas más comunes

Los síntomas que se presentan a causa del vaginismo suelen variar, dependiendo de la intensidad con la que los músculos se contraen. Estos pueden ser desde un leve ardor hasta un cierre total de la abertura vaginal.

La contracción de los músculos de la vagina puede producirse al comienzo del acto sexual o aparecer de manera repentina en medio del coito.

Entre los síntomas que se ven más frecuentemente, encontramos los siguientes:

·       Tensión muscular de la vagina

·       Ardor o picor vaginal

·       Dolor leve o intenso que dificulta y hasta imposibilita la penetración

·       Incomodidad durante el acto sexual

·       Dolor vaginal continuo y de origen desconocido

·       Incapacidad de introducción de un tampón

·       Molestias y dificultad para someterse a un chequeo ginecológico

·       Incapacidad de llegar a experimentar un orgasmo debido a sensaciones desagradable asociadas con el dolor

Causas del vaginismo

·       Causas psicológicas

o   Temor a una posible sensación de dolor

o   No sentirse lo suficientemente atractiva y deseada

o   Experiencias negativas anteriores

o   Traumas emocionales

o   Ansiedad o estrés

o   Problemas con la pareja

o   Traumas causados por abusos sexuales ocurridos en el pasado

o   Educación sexual inadecuada o inexistente

Causas físicas

o   Falta de lubricación

o   Cambios hormonales

o   Menopausia o ausencia de la menstruación

o   Haber sido víctima de violación y ataques físicos o sexuales

o   Cirugía pélvica

o   Situaciones traumáticas vividas durante el parto

o   Experiencias previas de abortos

o   Complicaciones y posteriores traumas por cesáreas

Tratamiento y erradicación de la patología

El dolor que se experimenta durante la penetración en el acto sexual, como resultado del vaginismo, es completamente tratable y puede ser erradicado en su totalidad sin que queden ningún tipo de secuela, molestia o dolencia.

Las mujeres que padecen de esta patología sexual pueden estar seguras de que existe una serie de técnicas que ofrecen una solución absoluta para su vaginismo, que le permitirá disfrutar de un acto sexual completo y libre de incomodidades.

Aquí te nombramos algunos de los métodos más utilizados para lograr la desaparición total del vaginismo:

Terapia: Al acudir a fisioterapeutas y psicólogos, se hará más fácil distinguir cuáles son los motivos –tanto físicos como emocionales- por los que la fémina tiende a vincular la práctica sexual con una experiencia dolorosa y desagradable.

Educación anatómica: Ayuda a identificar y conocer los músculos que componen el suelo pélvico femenino. De esta manera, la mujer se torna más consciente de las partes de su cuerpo que están involucradas.

Ejercicios de contracción y relajación: Aquellos como la respiración diafragmática resultan muy beneficiosos para la tonificación y elasticidad de los músculos de la pelvis.

Inserción y dilatación gradual: Generalmente se realiza con dilatadores vaginales, pero también es posible hacerla con algún tipo de juguete sexual que estimule los sentidos de la mujer y le permitan explorar su sexualidad a plenitud.

Involucramiento de la pareja: Dar a conocer a la pareja lo que pasa por la mente al momento sexual, los temores y hasta las inquietudes que se tienen durante el coito, suele ser de mucha ayuda para superar esta patología.

Si bien las maneras de tratar esta patología son muy sencillas y practicables en casa e incluso con la pareja, es importante recordar que primero se debe identificar el tipo de vaginismo que se padece, así como las causas que dan pie a su aparición.

No es lo mismo tratar de eliminar un vaginismo que se da por motivos psicológicos que uno que se produce por causas físicas que pudieran incluir incluso factores externos al cuerpo y la vagina en sí.

Los resultados de los tratamientos son tan positivos que no deben generar ningún tipo de duda en la fémina, para comenzar su uso y así acabar de una vez por todas con esta molesta condición que afecta su vida sexual.