Autoestima: Qué es y cuál es su importancia

Se conoce como autoestima al conjunto de pensamientos, percepciones y sentimientos que suele tener una persona hacia sí mismo, donde se incluyen la forma de ser y de actuar y los rasgos físicos y de carácter que lo componen.

La importancia de la autoestima radica en que todo gira en torno a nuestro propio ser; a la manera que somos y nos comportamos, y a lo que sentimos que valemos como personas. Por lo tanto, puede afectar positiva o negativamente nuestra manera de presentarnos ante el mundo y de relacionarnos con el resto de las personas.

La imagen y percepción que tenemos sobre nosotros mismos suele comenzar a generarse durante la niñez y varía con el paso del tiempo. Generalmente, gran parte de nuestra auto-imagen se basa en las interacciones que tenemos con otras personas, además de las experiencias vividas.

Ningún aspecto de nuestra manera de pensar, de sentir, de tomar decisiones ni de actuar, puede evitar ser influenciado por la autoestima.

En su jerarquía de las necesidades humanas, el reconocido psicólogo estadounidense Abraham Maslow describe la necesidad e importancia de aprecio, que se divide en dos aspectos que son básicamente el aprecio que se tiene uno mismo (amor propio y confianza) y aquel que proviene de otras personas (aceptación y admiración, etc.).

Según Maslow, la expresión más grande y sana de aprecio es aquella que se manifiesta en el respeto que le merecemos a otros.

Por su parte, el máximo exponente de la psicología humana Carl Rogers apunta que la matriz de todos los problemas del ser humano suele ser el poco amor y valoración que frecuentemente siente por él mismo.

Partiendo de esto se tiene que la autoestima es un derecho que todo ser humano posee y que no puede ser donado o cedido a otro. Toda persona, por el simple hecho de existir, merece respeto y aprecio por parte de los demás y de sí mismo.

Se tiene entonces que hasta las personas más viles y despreciables merecen un trato de calidad que se basa en la comprensión y apoyo, debido a su condición de ser humano. No obstante, esta premisa no busca entrar en disyuntiva con los métodos de la sociedad para evitar que la especie humana se cause daño a sí misma.

Grados de autoestima

Las personas pueden encontrarse en presencia de uno de los tres estados más comunes de autoestima:

·       Autoestima alta: El individuo tiende a sentirse confiado en sus aptitudes para enfrentar cualquier situación que se le presente en la vida. Así mismo, se considera una persona capaz y valiosa, por lo que acepta plenamente cada una de las características de su ser.

·       Autoestima baja: Quien presenta un amor propio muy bajo o inexistente se siente como un fracasado ante la vida, sin importar los logros que haya logrado conseguir a lo largo de ella.

·       Término medio: La persona suele variar entre los dos estados mencionados anteriormente ya que en algunas ocasiones se siente apto y aceptado mientras que en otras manifiesta sentirse inútil, fracasado y dudoso de sus capacidades.

Según el psicoterapeuta canadiense Nathaniel Branden, todos los seres humanos se encuentran en la capacidad de experimentar y sentir una autoestima positiva, de la misma manera en que nadie presenta una autoestima totalmente sin desarrollar.

Mientras más flexible sea el individuo, más posibilidades tiene de resistirse ante todas aquellas circunstancias que lo harían caer en la rendición, la desesperación o la derrota.

El camino de la autoestima

·       Auto reconocimiento: lo primero es reconocerse a sí mismo y realizar un auto análisis FODA (Fortaleza, Oportunidades, Debilidades y Amenazas) donde se diferencias las diferentes características y necesidades del ser.

·       Auto aceptación: para lograr una autoestima positiva es importante, después de conocer, aceptarse de manera total y plena. Esto incluye la aprobación de su conducta propia y con otros, de los rasgos físicos y psíquicos así como del comportamiento que a medida se tiene en grupo o solitario.

Importancia de la autoestima

Tener una autoestima de alto grado, influye grandemente en la toma de decisiones que tiene lugar casi a diario. Suele ser un motor de motivación que admite a los seres humanos explotar sus habilidades al máximo.

Quienes gozan de una buena autoestima suelen ser personas perseverantes, que luchan por sus aspiraciones y metas personales y trabajan incansablemente hasta lograrlas. Además, cuentan con un conocimiento pleno de sus fortalezas y habilidades, así como de sus limitantes y debilidades.

Estas suelen ser personas que se caracterizan por aceptarse en su manera más pura y natural, aun cuando sabe que posee defectos (ya que nadie en este mundo es perfecto). Así mismo, reconoce el valor de quienes lo rodean y conoce perfectamente el significado de trabajo en equipo.

Aquellos con un sentimiento de autoestima baja son todo lo contrario; se consideran un fracaso así como indignos de cualquier cosa buena que les suceda, o incapaces de lograrla por sus propios medios.

A pesar de también poseer metas y ambiciones, una persona con baja autoestima no posee la determinación y empuje necesarios para trabajar por ellas y hacer que las cosas sucedan, sin importar las circunstancias.

Cuando una persona no se aprecia tal y como es, sus relaciones familiares, sociales, laborales y de pareja se pueden ver afectadas de una manera negativa. Quien posee baja autoestima no brinda su mayor esfuerzo en el trabajo, experimenta cuadros de inseguridad personal, padece de trastornos emocionales y mantiene relaciones de pareja que son nocivas.

Lo más importante es tener en cuenta que el nivel de autoestima se puede modificar con el paso del tiempo. La misma puede ser optimizada y aumentada y esto constituye más un deber que una opción, ya que los problemas de autovaloración suelen tener un efecto perjudicial ante diversos aspectos.

Una vez que se reconoce sufrir de baja autoestima lo más importante es comenzar a mejorarla a través de pensamientos y mensajes positivos dedicados a uno mismo. No es necesario depender de alguien para sentirnos apreciados, cuando nosotros mismos somos capaces de querernos de manera incondicional.