Cómo superar la pérdida de un ser querido

La única cosa que tenemos por seguro en esta vida los seres humanos, es la muerte. No importa lo que hagamos en vida, cuán ricos seamos ni las cosas materiales que poseamos, pues todos acabaremos de la misma manera en la que venimos al mundo: sin nada.

Y aunque suene un poco irónico es la verdad ya que desde el momento en que nacemos, vivimos experiencias tanto buenas como malas pero que al fin y al cabo son pasajeras y lo que hacen es acercarnos cada vez más a nuestra hora final.

Sin embargo, el fallecimiento de una persona, sin importar las circunstancias en las que se dé, suele ser motivo de tristeza, frustración, ira y dolor para sus familiares y las personas que compartieron que ella mientras aún se encontraba en el plano terrenal.

El dolor que se experimenta tras la pérdida de un ser querido es ese período de sufrimiento, melancolía y duelo que se genera después de una muerte. El llanto, la desesperación e incluso la negación forman parte de las reacciones que se dan ante esta trágica situación.

Las formas en las que se vive un duelo suelen ser diferentes en cada persona. Hay quienes experimentan agotamiento físico o mental, enojo, sentimientos de culpa, problemas para dormir, reducción del apetito y hasta cuadros de ansiedad.

En ciertos casos suele influir la cultura o lugar donde fuimos criados ya que en muchos sitios la muerte se ve como un motivo de celebración más que de tristeza, puesto que se mantiene la creencia de que ésta solo representa un paso hacia la reencarnación.

El período de tiempo por el que se le guarda luto a un ser querido depende, principalmente, en la cercanía y estrechez de la relación que mantenía la persona con el fallecido, la manera en que se dio la situación, la edad que tenía la persona, entre otros.

Fases del duelo

Existen diversas etapas que una persona traviesa en el difícil proceso que conlleva la superación de la muerte de un ser querido. La doctora Elisabeth Kübler-Ross, identifica las siguientes:

·       Fase de negación: Se origina inmediatamente de recibir la trágica noticia y se caracteriza por el hecho de que se niega de manera vehemente que se ha suscitado una pérdida.

·       Fase de indiferencia o ira: El afectado se muestra frustrado consigo mismo por no haber podido evitar la muerte de un ser querido. La mayoría de las veces se buscan razones y se experimentan sentimiento de culpabilidad.

·       Fase de negociación: Ocurre cuando la persona comienza a analizar los pros y contras que originó la pérdida. En esta etapa se intenta conseguir –sin resultados- una solución a lo sucedido, a pesar de estar consciente de que es algo imposible de evitar.

·       Fase de dolor emocional: Durante esta fase comienzas a brotar los sentimientos de tristeza que carrera la muerte de un familiar. Familiares de la persona afectada deben mantenerse alerta ya que es aquí cuando se experimentan episodios depresivos que deberían ser pasajeros y no perdurar en el tiempo.

·       Fase de aceptación: Finalmente se reconoce que el fallecimiento del ser querido es inevitable, a pesar de cualquier intento que se haga. La situación es vista de otra manera, siempre bajo la premisa de que no es lo mismo aceptarla que lograr superarla y olvidarla.

El duelo catalogado como “normal” tiende a durar entre 2 y 12 semanas (de medio mes hasta tres meses, aproximadamente), aunque en casos de que la pérdida sea de una persona muy querida y allegada (padres, hijos, cónyuges) suele extenderse hasta los seis meses.

Si los síntomas no desaparecieran total o parcialmente al cabo de estos períodos de tiempo, y desencadenaran problemas para volver a la rutina, se debe acudir ante un psicólogo o psiquiatra pues la persona afectada puede estar ante episodios crónicos de depresión propios de un duelo patológico.

¿Se puede superar el duelo por pérdida?

Aunque guardar duelo ante la partida inesperada y repentina de un ser querido es algo totalmente normal y necesario, se ha de recordar que esta es una situación irreversible y que ya nada se puede hacer para evitarla.

Para este tipo de casos, existe una frase muy utilizada en la sociedad actual que encaja a la perfección: “El tiempo lo cura todo”. Y eso es lo más importante; dar tiempo al tiempo, teniendo en cuenta que poco a poco el sufrimiento quedará de lado sin que esto implique que se ha olvidado al ser querido.

Reconocer el dolor y buscar maneras de subsanarlo, es uno de los primeros pasos que se deben dar para poder recuperarse la tristeza y melancolía que conlleva perder a un familiar tras una situación inesperada.

Así mismo encontramos otros métodos que suelen ser de mucha ayuda durante el proceso de duelo:

·       Participa en las ceremonias: Las tradiciones como los funerales y entierros resultan de provecho para quienes deben enfrentar la pérdida de un ser querido. Este tipo de actividades que se realizan para honrar la memoria del difunto hacen que la persona asimile la situación.

·       Comparte tus emociones: No reprimas las ganas de llorar ni de gritar, si es que así lo deseas. Tampoco te preocupes si sientes tristeza al escuchar determinadas canciones o al hacer cosas que te recuerdan a la persona que falleció, ya que es algo totalmente normal. A medida que pase el tiempo, este tipo de circunstancias se tornarán menos dolorosas.

·       Habla del tema cuando puedas: En algunos casos resulta muy útil hablar sobre la muerte de un ser querido ya que mientras más se toque este tema, resulta más fácil aceptarlo y finalmente superarlo.

·       Preserva su recuerdo: Puedes visitar los lugares a los que iban juntos, guardar en un lugar especial las cosas que en algún momento te regaló e incluso sembrar una planta en su honor.

·       Crea una especie de cápsula donde guardes cosas relacionadas con él/la: Incluye fotografías, collares, un frasco con su esencia favorita o cualquier cosa que te recuerde a esa persona especial.